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Editor JEHC

El desastre de Botafogo: no será campeón tras dilapidar ventaja de 13 puntos


Hay un viejo dicho en el fútbol brasileño: esto nada más le puede pasar a Botafogo.

La referencia a las históricas desventuras del club nunca había tenido tanta validez como este año.

El club de campeones mundiales como Garrincha, Jairzinho y Mario Zagallo dilapidó una ventaja de 13 puntos en la liga brasileña, y Palmeiras acaricia revalidar el título el miércoles. Se trata de la primera vez que un equipo ha malogrado semejante ventaja en la primera división del país.

La última fecha se disputará con un Botafogo sin opción alguna en la visita al Internacional de Porto Alegre. Le queda el objetivo de la cuarta plaza que otorgará el pase directo a la próxima edición de la Copa Libertadores. El club de Río de Janeiro amaneció en el quinto lugar.

Botafogo lideró el Brasileirao en 31 de 38 fechas, y sus sufridos hinchas se ilusionaron con la conquista de su primer título nacional desde 1995.

Ahora, Palmeiras ni siquiera necesita ganar en la última fecha para consagrarse. Incluso con una derrota en la visita a Cruzeiro, el Verdão puede coronarse mientras que el Atlético Mineiro no borre una diferencia de ocho goles. Flamengo también tiene una remota posibilidad, pero ello depende más de una combinación de resultados mucho más improbable.

Las aspiraciones de Botafogo se esfumaron al empatar el domingo 0-0 con Cruzeiro, partido que acabó con algunos de sus hinchas insultando a los jugadores y prendiendo fuego a las casacas del equipo en el estadio Nilton Santos.

Apenas hace unas temporadas atrás, los torcedores hubieran estado conformes con estar tan cerca de la cima. Pero luego que el empresario estadounidense John Textor adquirió al club el año pasado, las expectativas subieron.

“Necesitábamos tener un poco más de humildad. Necesitábamos leer cada partido, leer el momento del club”, dijo el domingo Diego Costa, el veterano delantero que se incorporó a mitad de temporada. “Necesitábamos dejar a un lado nuestro ego para conseguir mejores resultados. Espero que esta sea una buena para los que estamos así. El fútbol te pasa factura”.

Fue ante Internacional, su rival este miércoles, que Botafogo sacó una brecha de 13 puntos el 12 de agosto. Entonces, algunos torcedores se tatuaron el trofeo del Brasileirao, se reían de sus rivales que cedían puntos antes equipos en peligro de descenso y debatían en qué fecha el equipo se proclamaría campeón.

“¡Sigan al líder!”, cantaban los hinchas de Botafogo tras cada victoria del equipo con jugadores de poco renombre como el arquero Lucas Perri, el zaguero Adryelson, el volante Eduardo y el atacante Segovinha.

Fue cuando empezaron a ocurrir las cosas que solo le pasan al conjunto carioca.

Botafogo no ganó ninguno de sus últimos 10 partidos. La semana pasada, anotaron un gol de penal que parecía decretar la victoria ante el descendido Coritiba a los 90 minutos, pero encajaron el empate 49 segundos después.

“Burlarse de un hincha de Botafogo es como encontrar un cadáver en la acera, patearlo y salir riendo”, dijo Felipe Neto, un famoso YouTuber que es uno de los torcedores del club. “El cadáver ya no siente nada”.

El desplome de Botafogo se aceleró a fines de junio cuando el técnico portugués Luis Castro se marchó para dirigir al club saudí Al Hilal de Cristiano Ronaldo. Los sucesores de Castro de Bruno Lage, Lucio Flavio y Tiago Nunes no pudieron mantener la misma garra y mentalidad ofensiva.

Algunas de las recientes derrotas de Botafogo fueron tan inverosímiles que los rivales acabaron sintiendo lástima.

Un ejemplo fue el partido como local ante Palmeiras el 1 de noviembre, cuando Botafogo ya estaba en picada, pero con la oportunidad de estirar a seis puntos su ventaja en la liga. Ganaban 3-0 al cabo de 37 minutos. Arriba 3-1, Botafogo recibió un penal a los 82 minutos, pero su máximo goleador Tiquinho Soares lo falló.

Palmeiras procedió a marcar tres goles en 16 minutos para fulminar a los anfitriones.

Botafogo también se puso al frente 3-1 unos días después ante Gremio, pero el equipo de Porto Alegre acabó imponiéndose 4-3 con una tripleta del veterano Luis Suárez. No se esperaba que el uruguayo iba a jugar debido a la superficie sintética del estadio Botafogo y que el delantero evita por la delicada condición de sus rodillas. Pero el partido fue trasladado al estadio Sao Januario, con césped natural, debido a un concierto en el Nilton Santos ese fin de semana.

Botafogo también encajó goles postreros para ceder puntos ante Bragantino, Fortaleza y Santos.

Textor acusó a la Confederación Brasileña de fútbol, organizadora de la liga, de amañar los resultados pero sin aportar ningún tipo de prueba.

La cadena TV Globo informó el martes que Textor contempla radicar una demanda contra la CBF (las siglas de la confederación). La CBF ya había demandado a Textor por sus declaraciones.

Los chistes han acabado como el único recurso para mitigar el fiasco. Así es como el comediante Marcelo Adnet ha podido consolar a los hinchas.

“Diez partidos sin ganar. Volvimos a la normalidad”, dijo Adnet. “Textor logró que Botafogo fuera más famoso que nunca. Ahora somos el hazmerreír del mundo”.

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