La segunda fecha de la Champions League asiática ha empezado con lío. El encuentro entre el Sepahan iraní y el Al Ittihad saudí se ha cancelado porque el conjunto saudí se ha negado a salir al terreno de juego por la presencia de un busto de un general iraní fallecido en 2020 tras un ataque estadounidense en Irak y que combatió en la guerra y que varias fuentes afirman que durante su etapa militar siempre tuvo como objetivo atacar a Arabia Saudí y sus aliados.
La disputa entre Irán y Arabia con la figura de Soleimani como raíz viene desde años atrás. En 2020, su muerte fue recibida con júbilo entre la prensa saudí.
No fue así entre las instituciones públicas que reaccionaron con de una manera mucho más cautelosa, sabiendo el asunto tan delicado que suponía.
Los saudíes defendían que estar en el punto de mira del general y, por consiguiente, de Irán suponía unas importantes pérdidas económicas por el decrecimiento que suponía para el turismo y las inversiones extranjeras.
Hay que recordar que hasta ahora, cuando en la Champions League asiática se medían un equipo iraní contra otro saudí, la AFC, confederación asiática, les hacía jugar en terreno neutral.
Esta campaña 2023-24 era la primera en la que se levantaba esa prohibición para acercar posturas entre ambas potencias.
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