Miles de opositores al aborto se manifestaron el domingo en Varsovia para protestar contra las medidas recientes del nuevo gobierno de liberalizar las estrictas normas de la nación de mayoría católica y permitir la interrupción del embarazo hasta la semana 12.
Muchos participantes en la marcha por el centro de la ciudad empujaban cochecitos con niños, mientras que otros sostenían la bandera nacional de color blanco y rojo o carteles con imágenes de un feto en el útero.
La Iglesia católica polaca pidió que el domingo fuera un día de oración “en defensa de la vida concebida” y apoyó la marcha, organizada por un movimiento antiabortista.
“Ante la promoción del aborto en los últimos meses, la marcha será una ocasión inusual para mostrar nuestro apoyo a la protección de la vida humana desde la concepción hasta la muerte natural”, indicó en un comunicado una federación de movimientos contrarios a la interrupción del embarazo.
Se referían a un debate público en torno a las medidas que está tomando el gobierno del primer ministro Donald Tusk, que asumió el poder hace cuatro meses, para relajar la estricta norma aprobada por el gobierno conservador anterior.
La semana pasada, el Parlamento polaco, dominado por una coalición progresista y partidaria de la Unión Europea, votó a favor de continuar el trabajo sobre cuatro propuestas para sustituir la prohibición casi total del aborto.
Se anticipa que el proceso legislativo, que podría tomar semanas o incluso meses, sea rechazado por el presidente conservador Andrzej Duda, a quien le queda un año de mandato. El mes pasado, Duda vetó una propuesta de ley que habría permitido que la píldora del día siguiente estuviera disponible sin receta para mujeres desde los 15 años.
Con unos 38 millones de habitantes, Polonia intenta hallar formas de incrementar la tasa de natalidad, actualmente de 1,2 hijos por mujer, una de las más bajas de la Unión Europea. La sociedad polaca envejece y se reduce, hechos que el anterior gobierno derechista citó como parte de sus argumentos para fortalecer la ley que prohíbe el aborto.
La ley polaca actual sólo permite abortos en casos de violación o incesto, o si la vida o la salud de la mujer corren peligro. Según el Ministerio de Salud, en 2022 se llevaron a cabo 161 abortos en hospitales polacos. Sin embargo, los defensores de la interrupción del embarazo calculan que unas 120.000 mujeres en Polonia abortan cada año, la mayoría con píldoras que obtienen clandestinamente del extranjero.
Las mujeres que intentan provocarse un aborto no son procesadas, pero cualquiera que les preste ayuda puede enfrentar hasta tres años de prisión. Los defensores de los derechos reproductivos dicen que la consecuencia de eso es que los médicos no atienden a mujeres incluso cuando el caso es permitido, por temor a sufrir consecuencias legales.
Una de las cuatro propuestas que están bajo análisis en el Parlamento despenalizaría asistir a una mujer para que aborte. Otra, presentada por un partido con líderes abiertamente católicos, mantendría la prohibición en la mayoría de los casos, pero permitiría abortos en casos de defectos fetales, un derecho eliminado por un fallo judicial en 2020. El objetivo de las otras dos es permitir la interrupción del embarazo hasta la semana 12 de gestación.
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