Hombres armados liberaron el domingo a 10 estudiantes secuestrados en el noroeste de Nigeria tras cobrar un rescate, le dijo un funcionario escolar a The Associated Press.
Los alumnos fueron puestos en libertad por la tarde, casi tres meses después de haber sido plagiados por los individuos en el estado de Kaduna, indicó el reverendo John Hayab. Su liberación ocurrió luego de que 10 de sus compañeros también fueran puestos en libertad una semana antes.
Once de los 121 estudiantes de la escuela secundaria bautista Bethel en Kaduna aún están secuestrados, agregó Hayab, expresando su frustración ante la negativa de los hombres armados de poner en libertad a todos los alumnos de una sola vez.
"Si tuviéramos la capacidad, los habríamos traído", le dijo a la AP cuando se le preguntó por qué los secuestradores se habían quedado con 11 estudiantes. "Los bandidos son los que tienen el control. Ahora tenemos que irnos con cuidado y recuperar a nuestros niños".
Se refería a los hombres armados que han secuestrado a cuando menos 1.400 escolares en Nigeria el año pasado, según el UNICEF.
"No estamos enojados con los bandidos, sino con el gobierno, porque no podemos tener un gobierno que presuntamente tiene que protegernos y los bandidos hacen lo que les da la gana. No hay un día en que hayan liberado a un niño sin cobrar", agregó el funcionario.
Tras los crecientes ataques a escuelas en el noroeste y en partes del centro de Nigeria, algunos gobernadores han cerrado temporalmente los planteles y han impuesto cortes telefónicos en sus estados en un intento por hacer frente a los problemas de seguridad del país más poblado de África.
El primer secuestro masivo de escolares en Nigeria fue llevado a cabo por el grupo extremista Boko Haram en 2014. Pero el año pasado este país del occidente de África padeció más de 10 ataques a escuelas, un repunte repentino que según las autoridades se debe a que los operativos de seguridad han sido superados en número en comunidades remotas donde se encuentran la mayor parte de las escuelas afectadas.
El presidente nigeriano Muhammadu Buhari, que ascendió al poder en 2015 tras prometer poner fin a los problemas de seguridad en el país, se encuentra bajo creciente presión debido a la crisis en este sentido, especialmente en lo que respecta al secuestro de niños y a los extremistas de Boko Haram.
Analistas de seguridad le han dicho a la AP que es posible que los hombres armados y los extremistas estén trabajando juntos.
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