Microsoft, en sociedad con el ministerio de Cultura y Deportes de Grecia, ha dado la respuesta al lanzar el miércoles un tour inmersivo de uno de los sitios arqueológicos más importantes del mundo.
El programa en la antigua Olimpia utiliza la tecnología de realidad aumentada, que según sus diseñadores puede transformar la educación, los negocios y el espectáculo. Los detractores dicen que ampliará el poder invasivo de los gigantes tecnológicos estadounidenses.
El ministerio de Cultura ayudó a Microsoft a crear mapas y representaciones virtuales de Olimpia, un lugar utilizado durante casi 1.000 años como sede de las justas deportivas de la antigua Grecia en las que se inspiraron los Juegos Olímpicos modernos.
“Es un hito... que nos ayudó a reunir la tecnología, la cultura y la historia para conservarla”, dijo el presidente de Microsoft, Brad Smith, en un mensaje por video a la ceremonia de lanzamiento.
El visitante puede recorrer el sitio de manera remota o presencial mediante una presentación en línea y una app para teléfono celular que le permitirá ver una recreación virtual de los templos y zonas de competencia mientras recorre las ruinas. En el Museo Olímpico de Atenas puede utilizar las gafas inteligentes HoloLens de Microsoft que superponen información visual sobre lo que se está viendo.
El usuario que eleve la vista verá aparecer una enorme estatua de Zeus revestida de oro y marfil. Si gira la cabeza a la izquierda verá el taller del famoso escultor Fidias en el santuario hace más de 2,400 años.
“Me emociona que podamos presentar al mundo una experiencia cultural totalmente nueva, utilizando la tecnología para recrear el mundo antiguo de Olimpia”, dijo el primer ministro griego Kyriakos Mitsotakis a The Associated Press tras sumarse a un grupo de escolares que usaban la aplicación por primera vez.
Alumnos de séptimo y octavo grados de una escuela local reducían, ampliaban y hacían girar los monumentos recreados en sus teléfonos celulares, alternando vistas interiores y exteriores al recorrer el lugar donde los atletas de la antigüedad competían en carreras, lanzamiento de jabalina, lucha, boxeo, hipismo y otros eventos.
“La app es impresionante. Creo que puede ayudar a la enseñanza en las escuelas”, dijo uno de los niños, Panagiotis Christopoulos.
Microsoft inició el proyecto hace 18 meses, recorriendo Olimpia con drones y sensores, tras llegar a un acuerdo con el gobierno griego para instalar tres centros de datos en los alrededores de Atenas, una inversión que podría llegar a los 1.000 millones de dólares.
Las grandes empresas tecnológicas compiten para crear plataformas y artefactos de realidad mixta que combinarían el internet con la vida cotidiana, como gafas que sirven a la vez como proyectores personales para brindar informaciones como rutas alternativas para ciclistas, estadísticas para los fans en espectáculos deportivos o probadores virtuales en casa para los compradores.
Es parte de lo que se empieza a conocer como el “metaverso”, un mundo futurista en línea que intenta fusionar la vida virtual con la real.
El equipo HoloLens de Microsoft cuesta unos 3.500 dólares. Lo usan principalmente los médicos o quienes realizan el mantenimiento de aviones de pasajeros, pero la convergencia de gafas más baratas, procesadores más pequeños y conexiones de internet más veloces significa que gradualmente llegaría a la mayoría de la gente, dicen los expertos.
“Creo que estamos muy cerca de un punto de inflexión en el que veremos la clase de anteojos que se sienten como los comunes y no son detestables en cuanto a su tamaño físico”, dijo David Rose, investigador del Instituto Tecnológico de Massachusetts y diseñador de productos tecnológicos.
“La batería tendrá un tiempo de vida aceptable, la mayor parte de la computación estará en el teléfono. Adicionalmente, creo que pasarán al turismo y la educación y otras actividades de la vida cotidiana en pocos años”, añadió.
La denunciante de Facebook Frances Haugen advirtió recientemente en una entrevista con The Associated Press que el metaverso puede volverse adictivo y podría permitir el robo de información personal de la gente.
El investigador Rose dijo que la realidad aumentada podría agregar “muletas cognitivas” a las personas, lo que erosionaría su capacidad personal para el cálculo y dividiría aún más la sociedad, en la que cada usuario estaría inmerso en su propia realidad. Sin embargo, a pesar de los peligros, se mantiene optimista.
“Pueden ser máquinas de empatía y la herramienta educativa más poderosa que se haya inventadp”, dijo. “Pueden ayudar a entrenar a la gente, darles nuevas destrezas para que no queden marginadas del trabajo. Son tantas las posibilidades que me parece algo emocionante”.
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