El gobierno de Suiza dijo el miércoles que planea imponer un impuesto de importación a los vehículos eléctricos, que hasta ahora estaban exentos del gravamen, a partir del próximo año.
El Consejo Federal señaló que la medida pretende contrarrestar la caída de los ingresos procedentes del impuesto sobre el automóvil y forma parte de un plan más amplio para reforzar las finanzas públicas.
El impuesto sobre los automóviles grava con un 4% el valor de importación de los vehículos, en lugar de su precio final de venta. Los coches eléctricos han estado exentos desde su introducción en 1997, en un esfuerzo por hacer de ellos una opción atractiva.
Según el gobierno, la exención ya no es necesaria, dado el aumento constante del número de vehículos eléctricos y el hecho de que sus precios se han acercado a los de los coches con motor de combustión.
De acuerdo con datos del gobierno, el número de coches eléctricos importados anualmente aumentó de alrededor de 8.000 a más de 45.000 entre 2018 y 2022, y representaron casi una quinta parte de todas las importaciones de automóviles el año pasado.
Eso ha supuesto una disminución de los ingresos procedentes del impuesto sobre los automóviles: el gobierno cifró el déficit del año pasado en unos 78 millones de francos (85,7 millones de dólares) y prevé que aumente a entre 100 y 150 millones de francos este año. La recaudación del impuesto se destina a un fondo que financia el mantenimiento de las grandes carreteras y otros proyectos de tráfico.
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