Luego de dos años de permanecer sin casos positivos de tosferina, enfermedad que es prevenible por vacunación, se confirmó un contagio positivo en la última semana de septiembre, en una persona del sexo masculino.
Ante ello, especialistas hicieron un llamado a completar los esquemas de vacunación en niños para prevenir el resurgimiento de enfermedades como la poliomielitis, tos ferina y difteria, que se consideraban prácticamente erradicadas.
De acuerdo estadísticas de la Secretaría de Salud, la cobertura de la vacunación en Yucatán se vio afectada por la pandemia del Covid-19, por lo que solo el 86.6% de los menores de un año tienen sus vacunas completas; al año de edad, el 82.2%; a los 4 años, el 80.5% y a los 6 años, el 79.5%.
En entrevista telefónica, André Soresini, Director General de la Unidad de Vacunas en Sanofi México, mencionó que las vacunas son para todos, pero lamentablemente en el mundo aún hay muchas niñas y niños que no reciben la protección que requieren y remarcó que de acuerdo con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, por sus siglas en inglés) cada 20 segundos, un niño muere por enfermedades prevenibles por vacunación en el mundo.
“Afortunadamente en México el camino que hemos recorrido es más favorecedor y tan sólo de la vacuna hexavalente, la cual se encuentra dentro del Plan de Vacunación Universal (PVU), poco más del 83% de las niñas y niños menores de un año, han podido beneficiarse de su protección contra enfermedades como poliomielitis, difteria, tos ferina, entre otras. Por ello, es indispensable visibilizar e incentivar el esfuerzo de aquellos que cada día y desde cada una de sus trincheras ayudan a salvar la vida de millones de niñas y niños al promover la vacunación”, detalló el especialista en vacunas.
La tosferina es una enfermedad infecto-contagiosa aguda que afecta al aparato respiratorio, cuyo síntoma típico es una tos en accesos o paroxismos. El agente causante es un bacilo, bacteria del género Bordetella, llamado Bordetella Pertusis, que se aloja en el aparato respiratorio.
La persona infectada propaga los microorganismos de esta enfermedad en el aire por medio de las gotas de humedad que expulsa al toser, e inclusive, al hablar, por lo que cualquier persona sana que se encuentre cerca puede inhalarlas e infectarse.
Antes de la utilización de la vacuna, la edad de mayor incidencia era entre dos a cinco años. Ahora es más frecuente en los menores de un año y ha aumentado entre adolescentes y adultos, debido a la baja en las tasas de vacunación, por lo que el especialista de Sanofi llamó a seguir impulsando campañas y estrategias integrales que permitan proteger a los pequeños y que con ello ninguna infante padezca las consecuencias de una enfermedad prevenible por vacunación.
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