El presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador dijo el martes que delincuentes han matado a dos trabajadores que estaban llevando a cabo una encuesta interna para el partido político Morena, al que pertenece el mandatario, en el sur de México.
López Obrador señaló que un tercer trabajador fue secuestrado y sigue desaparecido. Los tres eran parte de un grupo de cinco empleados que estaban llevando a cabo encuestas en el estado sureño de Chiapas, cerca de la frontera con Guatemala. Comentó que los otros dos encuestadores están a salvo.
Fue el más reciente de una serie de incidentes violentos que ponen de manifiesto lo anárquicas que se han vuelto muchas zonas rurales de México; ni siquiera el partido gobernante, ni el organismo nacional de estadísticas, se han librado.
Morena recurre con frecuencia a las encuestas para decidir quién se presenta como candidato, y Chiapas celebrará elecciones a gobernador en junio.
Rosa Icela Rodríguez, la secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana del país, dijo que tres personas han sido detenidas en relación con los asesinatos y el secuestro, que se llevaron a cabo el sábado en la localidad de Juárez, en Chiapas.
Señaló que los sospechosos fueron encontrados con las posesiones de las víctimas, pero no dijo si el motivo había sido robarles.
Los fiscales estatales de Chiapas emitieron posteriormente un comunicado en el que señalaron que habían detenido a cuatro sospechosos acusados de robo, y que tres de los cuatro eran guatemaltecos. El cuarto hombre es mexicano. De momento no está claro si serán acusados por las muertes.
Medios de comunicación locales reportaron que los dos encuestadores asesinados fueron encontrados con un letrero escrito a mano que amenazaba al gobierno y que estaba firmado por el Cártel Jalisco Nueva Generación. Sin embargo, ni el presidente mexicano ni Rodríguez confirmaron eso. El CJNG libra una sangrienta lucha territorial con el Cártel de Sinaloa en Chiapas.
Ambos cárteles también tienen operaciones en la vecina Guatemala, y se cree que ambos reclutan a centroamericanos para que trabajen como sicarios.
El dirigente del partido Morena, Mario Delgado, publicó en redes sociales que: “Con mucho dolor, tristeza e indignación lamentamos y condenamos enérgicamente el asesinato de nuestros compañeros”, y añadió que “exigimos una investigación a fondo a las autoridades correspondientes”.
Las zonas rurales de México han sido una región sumamente peligrosa para hacer encuestas políticas o estudios de mercado.
En julio, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) reconoció que tuvo que pagarle a grupos delictivos para poder ingresar a algunos municipios para hacer trabajo de censo el año pasado.
La directora del INEGI, Susana Pérez Cadena, comentó a una comisión del Congreso en ese entonces que los trabajadores también fueron obligados a contratar criminales para poder llevar a cabo algunas entrevistas de censo.
Un encuestador del censo fue secuestrado mientras intentaba realizar ese trabajo, dijo Pérez Cadena. Dijo que el problema era peor en las zonas rurales de México, y que el instituto tenía que emplear varios métodos para poder operar en esas regiones.
En 2016, tres empleados de una empresa encuestadora fueron rescatados después de que una turba les propinara una paliza sangrienta tras, al parecer, confundirlos con ladrones.
Habitantes de la localidad de Centla, en el estado de Tabasco, en la costa del Golfo de México, agredieron a cinco empleados de la empresa SIMO Consulting, entre ellos dos mujeres y tres hombres. Tres de los trabajadores, entre ellos una mujer, fueron retenidos durante horas y golpeados, mientras que otros dos fueron protegidos por un funcionario local.
Al parecer, la turba los confundió con ladrones. La empresa negó estar implicada en algún acto ilegal.
En 2015, una turba mató y quemó los cuerpos de dos encuestadores que realizaban un estudio sobre el consumo de tortillas en una pequeña localidad al sureste de Ciudad de México. La turba había acusado a los hombres de abusar de una niña de la localidad, pero la niña dijo más tarde que ni siquiera los había visto antes.
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